Tiene los ojos cansados de tanto soñar. Un pantalón desecho y una camisa a cuadros, combinan con una maraña ámbar almendrada que retoña en su cabeza. El rostro es perfecto, sobre su tez sucia, unos ojos grandes observan con detenimiento y brillan más de lo debido, más de lo acordado. No sé cómo en medio de tantas pieles marchitas e ideales resecos saca fuerzas para vender a viva voz lo que me entrega suavemente en la mano, recordándome con simplicidad que son mentas con sabor a menta y chocolates con sabor a chocolate.
miércoles, 10 de marzo de 2010
BELEN 174
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario