lunes, 28 de octubre de 2013

La última vez que maté un ángel



 

Volví. En otro cuerpo y otras ropas. Después de haber sucumbido en el olvido propio. El buscado. Volví en un fondo blanco. En un fondo limpio que ya no encuentro tan hermoso. Volví y siento que faltan los pájaros muertos que encontraba en el camino. Esos que ahora atropello con fuerza cuando paso volando sin tiempo. Siento que falta el diseño en tinta china. Que falta el lapicero azul. Que falta el cielo sin sombras. Que falta la cama vacía. Volví y me siento diferente. Hacé de cuenta que me fui de viaje, que los paisajes olvidados de otras tierras son los que han platiado la frente de esta que ahora, ya ni sabe cómo se llama.

Un día me dio por decirte que ya no más. Cerré la puerta y me fuí. Apagué el televisor. Cerré el computador. Accioné el interruptor. Y me fuí. Durante ese lapso de tiempo estallé una vela aromatizante contra una pared blanca, muy blanca, y las manchas de sangre entintada labraron el camino. Era tiempo de volver porque te había abandonado. ¿A dónde me había ido? No tengo ni idea. No tomé una sola fotografía. Solo recuerdo un arsenal oscuro y lleno de polvo. De almas rotas. De ciudades grises y en piedra. De zapatos en pena.

No me pidas que vuelva a ser la misma. Sabes que siempre cambio. Yo me voy. Pero regreso.
Siempre. Al mismo lugar. Al lugar de siempre donde vos me abrazabas y me apretabas fuerte el cuello, y me mirabas a los ojos y me metias los dedos por detras de las orejas para inventarte una moneda.

Esa es mi fortuna.

RETROSPECTIVA FEMENINA (En un lunes por la mañana)


Las cosas
      Cuando valen la pena
                                 Duelen.

Las cosas
          Duelen.


Vos, que no sos una cosa,
                              y vale la pena.
                                        Vos dolés.


Aprender duele,
crecer duele,
esperar duele.


Vivir es
         que a uno le duela el alfiler cuando se lo entierran en la comisura de los labios,
                                                                                           ...en los dedos en las piernas.

Vivir es un poquito de sangre en el dedo gordo de la mano izquierda.

Es un poquito de saliva en el índice de la mano derecha.

       
Vivir es inventarse la métrica de este pequeño cuento en verso,
Para que se vea más lindo. 
                                   Más coqueto. 
                                                   Más vos.


Descubrí el agua que es tibia y entibia el alma.
                                                                   ¿Y qué?


Hoy tenés que morderte los labios en otras lenguas.
Hoy tenés que morderle los labios a otras lenguas.

El tiempo y este atardecer te lo exigen.

Estás vivo ...

No entiendo qué más querés.

viernes, 5 de abril de 2013

LA VIDA PRESTADA


Y poquito a poco vamos conectando los puntos cuando miramos atrás. 
Así cómo cuando nos enseñaron a mirar las estrellas. 
Así.

martes, 12 de febrero de 2013

PALABRAS EN BLANCO Y NEGRO



Detrás de la realidad cotidiana, aparente, hay una subterránea y convulsa: es la dualidad que define al mundo y sus habitantes ¿Conoces la Tuya? como un lienzo a carboncillo, no somos ni blanco ni negro, sino más bien un bello espectro de fríos tonos grises

SÓLO HAY QUE SABER MIRAR


Cuando aparecen los fantasmas por debajo de la puerta, hay que recibirlos con gracia entre las piernas, darles un beso en la mejilla, y quebrarles los lentes para que jamás encuentren el camino de regreso a casa.