miércoles, 3 de junio de 2015

7x2

Fueron siete las preguntas faltantes,


¿Que si te gusta el ron? ¿Que si bailás reguetón? ¿Que si preferís el frío o el calor? ¿Que de qué color son tus ojos negros al reir? ¿Que por qué te reís mona? ¿Qué si te gusta la palabra risa? ¿Que si escribo y que por qué?

- Hola, ¿Tenés novio?

Siete los intentos,

Me siento en el prado esperando que aparezcas. Que tu sonrisa aterrice como una avioncito de papel entre mis piernas. Primero pasás de largo. Llevás una camisa a cuadros y no tenés tiempo de esperarme. Estás cantando y gritando que "yo te llevo para que me lleves" y te me perdés entre la gente mientras salto despavorida porque yo también quiero cantar. Es una lástima que no me sepa la canción. Luego aparece el cielo aprisionado. Las camisas negras. Los recuerdos viejos. Se atraviesan tus pasos en el asfalto que me lleva de regreso a casa. Finalmente enclavas. Llegás. Tu estás arriba, en el cerro, entre las cañas. Yo vivo abajo, atada al infiero de la rutina que no tiene fin. Vos te fuiste. Luego volviste. Volaste. Planeaste. Olvidaste. Yo nunca me he movido del pedacito de prado en donde todavía te espero. Ya me hice una cama de cemento esperando no volver a irme para que me podás encontrar. Además ya me aprendí la canción: "Te conozcooo de otra viiidaaaaa, hoy saldraaaas por la ventana"

- No

 y Siete los silencios. 

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- ¿No?

- No. No tengo.

Siete

Siete fueron las respuestas que dejaste colgando entre tu lengua cuando nos despedimos.
Me dijiste que me quedara callada, que lo importante no era lo evidente. Que el cielo es azul. Que te gustan mis piernas y te gusta correr: correr descalzo y sin ataduras. Que no te gusta reír.  Que odias reír. Que te gusta el café oscuro y en la noche. Que no olvidás pero que tampoco te gusta recordar. Que porfavor me quedara quieta y que simplemente "monita deme un besito".  "Agh, coma mierda" Te contesté.

- mmmmm. ¿A vos te gusta escribir?
- No. No sé. Pues, intento, pero tengo una caja llena de papeles en mi casa que nunca me he puesto a organizar en forma. ¿y vos?
- Todo lo que escribo, cuando lo termino lo arranco y lo arrugo. Lo vuelvo trizas y lo tiro al mar.
- Ya.


Tus ojos y los míos.

Negros. Negroazulozos. Negritos. Negrísimos a la luz del sol.
Como un par de pozos sin fondo, sin dios y sin ley.
Negros como el agua oscura que todo lo esconde y lo inunda.
Negros como la noche más negra de todas las noches de la vida entera. Negros.
Como las estrellas cuando no tienen luz. Cuando se extingen. Cuando se mueren sin saber si quiera que están vivas. Negras como el olvido. Como el dolor que sentimos en la garganta cuando queremos llorar y no podemos. Como el recuerdo de un perro muerto en el asfalto.

- ¿Vos tenés hijos?
- Nada. Yo no quiero ser mamá.

El final

El lunar de tu frente.
Mi tatuaje en la espalda.
Pocas palabras. Muy poquitas. Casi a desgranar por entre un tubo para que salieran al mar. Allá dónde llega lo que vos te inventás.
Esta necesidad imperiosa de volverte a escribir y de construirte con mis manos entre las agujas del reloj. Como un muñequito de plata. Como un soldadito de plomo al que un perro se lo lleva en la boca. Un perro muerto.

- ¿Me vas a visitar?
- ¿Me invita?
- Sí
- Entonces sí.
- ¿Y si no?
- Entonces No.

Hoy quiero volverte a construir hecho de barro.
De tierra y sal.
De-volver el tiempo y encontrar-te en una puerta y gritar-te:

"Hey! Negro! ¿Me regala un besito?"


- ¿Cuándo volvés?
- Nunca
Le dije con la sonrisa más grande del mundo pintada en la boca.

Al fondo tus ojos oscuros negros azules oscuros.

"Agh, coma mierda mona"