lunes, 11 de abril de 2011

LOS PRISIONEROS DEL SILENCIO


No me pidas que calle mis ojos al viento, cuando tengo mis pupilas ardiendo en palabras de fuego. No me pidas que camine sobre arenas movedizas, o que traiga las montañas a tus manos cargadas de sal porque así lo quisiste.

No me pidas que abandone este sueño, que despierte ante la despedida. Que deje mi piel reseca ante el primer rayo de sol. Que empeñe mis manos. No me pidas que me desnude ante un espejo mientras me tapas los ojos y me dices que soy bonita.  No me calles el alma. No me cierres la boca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario