viernes, 28 de mayo de 2010

CURIOSIDAD

Aparece, que no me quiero morir sin saber de qué color son tus ojos.
Hay días en que te invento, y tu imagen en mitad del horizonte me sonríe en una chaqueta verde botella. Tenés los ojos grises, pardos como un gato, como el humo de los coches en un atardecer. Los tenés como si fueran una montaña ahumada en un cielo azul. Ojos petróleo, de sávila, de niebla y humareda. Ojos de algodón.

Hay otros días en que me mirás en amarillo, sobretodo cuando te sueño en el bar, con tus cervezas claras y tu sonrisa franca. Tus ojos como lámparas fundidas, como faroles de un pueblo colonial, se quedan pegados en mis labios, cuelgan de mis dientes y si te metes un porro, entonces dormís en mi lengua. Vos me mirás sin decir palabra y tus ojos de uva me hablan, me dicen que soy un Jazmín, que tengo los labios rojos carmesí, que me los pinte, que así me veo bonita, y yo te consuelo en el piso del baño, te digo que todo va estar bien, que no estoy brava así me hayas vomitado el pelo.


Vos de amarillo Bitelyuciano, poluxiano, antariano, te quedas mudo. No sabés cómo decirme que querés que todo termine. Debo confesarte que mis labios a veces te quieren decir que ya no va más, que todo ha terminado. Que podemos estar juntos. Pero ¿sabés una cosa? ellos mienten, por vos y por mí. A los rojos les gusta mentir, a tus amarillos no.



Hay días en que tenés los ojos negros, y así me gustás más. En estos tiempos de absoluta oscuridad vos me mirás como si me fueras a dar un beso, con un Lucky Strike metido entre los dientes me decís que me pinte los labios de rojo, "de rojo carmín" y aspirando de un ploncito toda esperanza yo miro tus ojos y son negros, y el horizonte se nubla, negros como un agujero, y yo siento tu nariz en mi nariz, como el rio cuando es de noche, y tu lengua en mis labios, como la nada cuando es de día.




Aparece.
Aparece que, aunque tengo la leve sospecha de que son grises, no sé de qué color son tus ojos.


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