martes, 31 de agosto de 2010

AVIONES DE PAPEL



"En tiempos oscuros debes aprender a mirar las estrellas". Jairo Anibal Niño



Y al final te fuiste.
Partiste cuando aún sostenías mis aviones de papel.
Buen viento para vos Jairo,
y regresá...

...Regresá convertido en una palabra dulce,
en un poema de trigo y algodón de azúcar.
Volvé envuelto en tus alas de naranja,
entizá este cielo gris que dejas lloviendo sobre mí.

Volvé...

... Volvé que este mundo es demasiado triste para vivirlo sin vos.

jueves, 26 de agosto de 2010

BLUES DE MEDIANOCHE


Si alguna vez navegas por estas turbias aguas insospechadas, espero que encuentres mis palabras anudadas en un coro hipnotizante. Esta noche grito a los tiempos venideros la desdicha que siento por tu partida. Con las algas hasta el cuello voy a escupir este canto que suena como el coral que rasga su piel sobre una roca. Cierra los ojos y escucha lo que tengo para decirte: percibe el seseo en la distancia, la nota falseada, el grito ahogado y el canto entumido. El gris de la neblina marina en mi garganta le da el blues a estas palabras. Hoy soy una sirena perdida en las aguas del tiempo y vos, el marinero idiota que decidió esconderse bajo sus harapos para no enamorarse.

Maldito tiempo.

Bendito tiempo.

Tú solías colgarte en un mástil viejo, lo recuerdo. Te recuerdo. Con los brazos y las piernas apresados bajo una gruesa liana esperabas por mí. Les gritabas a los demás que te dejaran solo, que se fueran, que corrieran por sus vidas para no ahogarse en mi melodía. Ellos te abandonaban como se abandona un loco a su suerte, y tú sonreías con el paraíso a tus pies. A pesar de todo permaneciste. Siempre en el mástil, siempre en otoño. Fuiste valiente como para enfrentarte a mí. Aun sabiendo que mi canto te llevaba a una muerte segura, quisiste escucharme. Quisiste sentirme.

Lo peor fue que enfurecí. Quien osa sumergirse en mi garganta, debe pagar el precio de ser sólo mío. Y vos fuiste un tonto. Quisiste engañarme con tu liana al pecho, y yo no soporté el desprecio de tus ojos al cerrarse para caer en un dulce sueño tras mi partida. El sol y las gaviotas te daban los buenos días y yo prometí vengarme. ¡Nadie se burla de mí!

Si me escuchas, así sea una sola vez, ya me perteneces. Son las leyes de la naturaleza… de mi naturaleza. Así que si has partido, es evidente que debo matarte. Podría ir hasta los confines del universo sólo para tomar tu cabecita entre mis manos, mirarte a los ojos por última vez y robarte el aliento. Sonreírte con una veta de ironía colgada entre mis dientes y decirte al oído susurrante: “Amor mío, cómo me gusta el azul de tu rostro”.


lunes, 23 de agosto de 2010

CAE LA LLUVIA

"La poesía no pertenece a quién la escribe, sino a quien la necesita"

Cortometraje realizado en 2009.

Por:
Lucas Burgos
Pamela Murillo
Valentina Bustamante.

Universidad Pontificia Bolivariana.



viernes, 6 de agosto de 2010

A SAINT-EXUPÉRY



Esta mañana descubrí un libro que robé.
Pertenece a alguien a quién ya no quiero, así que no vale la pena.
Decidí que pronto he de partir, con mis muñecas de alas rotas y un marcador.

Tengo unos tenis negros y apropiados, para correr cuando haga falta y necesito unas gafas, unas Ray-Ban bien oscuras, para evitar la tentación de mirar atrás. Basta con una falda. Puedo arreglármelas con mis piernas al viento.

Te dejo entonces mis flores secas y enjauladas, el caleidoscopio rojo y mis óleos oxidados. Haz lo que quieras con los libros, aunque pensándolo bien, quiero que arranques las hojas y hagas figuritas de papel. Eso siempre me ha gustado. Regalaselas a los que sabes que no olvido. Deja en las manos de aquellos que me quisieron un pedacito de esta inusitada filosofía. Entregales una paloma de papel para que me recuerden. No te quedés con nada. No me dejés aquí. Eso sí, no vendas los cuadros, que cuando pueda, regresaré por ellos.

Me llevo el libro que robé, más mío que de nadie más, y empaco además unos cigarrillos porque me cansé de respirar por vos. Llevo en la maleta una mechera del Che, un cuaderno de Lautrec y mis tangas violeta. Un cuadrito de Vangogh y una foto azul oscura. Te dejo mis cartas, las pastillas que guardo sobre la cómoda en una caja verde, las zapatillas elegantes y los audífonos. Me llevo las aretas y el sapito que se cree mouse.

Es que tienes razón, los tiempos siguen siendo duros para los soñadores.

Sólo tengo que cerrar los ojos.
Respirar.
Desprenderme de tanta ropa ajena.
De tanto collar.
Dejar lo que no es necesario para poder mover los pies,
ligeramente.

Porque como en un tango,
sobre un camino entizado,
entapetado en plumas viejas,
o en figuritas de porcelana,
me voy de aquí.

Escapo en un baile infernal.
No sentirás mis pasos.
Ni el silencio de mis hombros al moverse.
el frufrú del aire sobre el vientre, te contará,
tiempo después,
que hace años luz te abandoné.

Mierda.

Antes debo tatuarme el cuello,
y cuando lo haga...
voy a aprovechar también una fuga de pájaros salvajes para escapar.